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Avenida de Salvador Allende. El Palo, Málaga.

(1908-1973). Político chileno. Fue uno de los fundadores del partido socialista de Chile. Derrotado en las elecciones presidenciales de 1958 y 1964, triunfó en las de 1970 como candidato de la Coalición Unidad Popular (partidos socialista y comunista y otros grupos de izquierda). Sin embargo, el escaso margen de votos con que venció obligó a una votación parlamentaria, en ella, gracias al apoyo de los demócrata-cristianos, Allende vio refrendada su elección como presidente de la República. Su ideal político de "la vía pacífica hacia el socialismo" dio lugar a numerosas tensiones internas y a la desafección de las fuerzas moderadas y de la oposición, que tenía mayoría en el Congreso. Finalmente fue derrocado por un pronunciamiento militar el 11 de septiembre de 1973 y murió durante el bombardeo del Palacio de la Moneda.

Se le dio este nombre a la Avenida allá por el año 1983, al cumplirse diez años de su muerte.

En las siguientes fotografías se muestra una parte de esta Avenida, la cual consta de dos carriles en el mismo sentido, en dirección hacia el Levante andaluz:


Fue anteriormente conocida, como "la carreterita de El Palo" o "Carretera Chica". Esta "carreterita" surgió al eliminarse las vías del llamado "Tren de Vélez", una de cuyas estaciones aún existe en la confluencia con calle del Mar.

- Antigua Estación de FF.CC. de El Palo -
Esta Avenida se considera uno de los ejes vertebradores de la Barriada de El Palo, paralela a la Avda. de Juan Sebastián Elcano -desde el Arroyo Jaboneros hasta las Cuatro Esquinas- y la Carretera de Almería -desde las Cuatro Esquinas hasta la Glorieta del Restaurante "El Tintero"- atravesando esta Barriada muy cerca de su línea de costa (ver plano):


*Información tomada, parcialmente, del Callejero del Excmo. Ayto. de Málaga.

Fuente de la Pelusa.

Esta fuente se ubicaba justo en un lateral del Arroyo Wittemberg, en la confluencia de la Ctra. de Olías con la C/. Algarrobo, frente al C.E.I.P. Gutiérrez Mata.

Realizada en material metálico se erigía apenas un metro del suelo y poseía un solo grifo, el cual abastecía y saciaba la sed de l@s vecin@s de esta zona.

Actualmente, tal y como se puede apreciar en la fotografía tomada el Domingo, 8 de Abril de 2012, ha sido eliminado todo vestigio de su existencia.



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Asociación de Amigos/as de los Yacimientos Arqueológicos de la Araña (AYLA).

Asociación con fines de investigación y divulgación sobre los Yacimientos Arqueológicos situados en esta malagueña Barriada, limítrofe con La Cala del Moral (Rincón de la Victoria), justo en la desembocadura del Arroyo de Totalán.

Para más INFO sobre dicha Asociación podéis visitar su web: www.complejohumo.org

PUBLICACIONES:



Martes, 3 de diciembre de 2013.
El Ciclo 'Café con Ciencia' llega a La Araña (Málaga).

Martes, 15 de Mayo de 2012.
Gran expectación para ver la exposición de A.Y.L.A. en "La Noche en Blanco" 2012.

Martes, 8 de Mayo de 2012.

Introducción. El Valle de las Viñas de Miraflores de El Palo.

Recostada sobre las orillas del azul Mediterráneo, la barriada de Miraflores de El Palo se presenta a todos como uno de los rincones más bellos y acogedores de la esplendorosa capital malacitana.

El Palo, bordeado por las montañas que le cierran el Norte, ha encontrado, desde los tiempos más remotos, el fácil acceso a su carretera de la costa -hoy hartamente saturada de tráfico- y ha buscado su expansión natural por el mar, convirtiéndose, desde tiempos inmemoriales, en un asentamiento eminentemente marítimo y pesquero que le ha hecho conservar latente su marcado destino de barrio marinero.

Cuando, a vista de pájaro, desde las alturas de los llamados Cerros de San Antón, dirigimos nuestra vista hacia la planicie costera que actualmente constituye la hermosa barriada, sentimos profundamente el placer de contemplar y saborear un lugar apacible, brillante por el sol, la cal y la gracia de sus casas, donde se observa la más variada arquitectura, desde las más pobres y misérrimas viviendas, hasta los más elegantes y suntuosos chalets, desde la casa mata hasta el imponente bloque de innúmeras ventanas que, como puntos negros en la blancura de los edificios, se hacen resaltar en la fisonomía del paisaje. Y es que todo el panorama que se divisa destila alegría y belleza; los geranios trepan por los muros hacia los balcones cercanos; las macetas adornan las viviendas; los árboles salpican o alegran las calles y los canales serpenteantes de sus arroyos laterales rubrican con acierto una perspectiva inolvidable. Tan agradable contemplación nos hace sumirnos en antiguos recuerdos -ya desaparecidos- de carreteras, trenes, cuevas, chozas, pregones, atarazanas... y tantos otros que nos asaltan ofreciéndonos un maravilloso contraste con las verdeantes urbanizaciones de las faldas de San Antón, las de El Candado, con su moderno puerto deportivo, o la reciente construcción del Paseo Marítimo, que impregnado de ambiente turístico ha venido a sustituir el sabor marinero que disfrutaban cientos de sufridos pescadores, los cuales con sus anticuadas artes y embarcaciones, se ganaban a diario el sustento en el mar otrora rico en la pesca del sabroso boquerón o del menudo chanquete.

Es El Palo camino obligado de Málaga para el viajero que acude a ella desde la parte oriental y, sin duda alguna, no es sólo la razón de su clima lo que ha hecho que el visitante se quede por tiempo prolongado en esta tierra acogedora y sencilla, presta a la hospitalidad, cruce de montañas invitadoras a la paz y al sosiego, y las playas que, aunque no han logrado defender su virginidad emocional, nos hacen brotar nuevos sentimientos gracias a la variada gama de paseos, merenderos, playas, chiringuitos, espigones, bañistas, etc.

Hay que reconocer que el transcurso del tiempo ha sido, sin duda, la causa de la pérdida de muchos de los más acusados perfiles que El Palo poseía. Sin embargo, se sigue conociendo como la barriada marinera de Málaga, pues, no en vano, fu e durante siglos fiel exponente de un barrio de pescadores que, aunque hoy sólo va quedando en el recuerdo, no deja de permanecer en la conciencia de una gran parte de su nutrida población.

La barriada la va transformando rápidamente el tiempo. Unas veces se va consiguiendo a expensas de la iniciativa oficial; otras, las más, se debe casi fundamentalmente, a la iniciativa privada. Es una tierra en permanente cambio. Y así, han ido surgiendo urbanizaciones modernas cuya prestancia y acomodo es acicate importante para atraer a innúmeras familias, que deciden elegir la barriada para su asentamiento definitivo. Y observamos el continuo éxodo de los pueblos cercanos, e incluso de la capital, hacia este rincón malagueño que mejora día a día su fisonomía, gracias al espíritu mercantil del nativo que va agudizando su afán de empresa encontrando nuevos derroteros, y a esa libre iniciativa -que ya comentábamos- de los forasteros que establecen sus atrayentes comercios en un barrio que promete halagüeño futuro por su continuo crecimiento.

No todo es positivismo en la estructura de la barriada, tiene también defectos más o menos acusados o encubiertos; pero su desarrollo costero, comercial y urbanístico aumenta sin cesar y suple con creces las dificultades o problemas aún sin resolver. Desde la montaña, la barriada paleña, vital y atareada, ofrece el sonoro ruido de su trabajo cotidiano, para distraer la parsimoniosa y aquietada holganza de los tranquilos chalets diseminados por las faldas verdeantes de las alturas. Atrás han quedado las viejas calles inhóspitas del antiguo casco paleño, todo se ha ido remozando, y hasta los rincones más humildes presentan el encanto de lo tradicional, lejos ya de los tintes sombríos que ofrecían las primitivas chabolas y cuevas de la barriada.

Su crecimiento demográfico -cuenta, cuando esto escribimos, con 39.167 habitantes, según el censo de 1994-, ha forzado su crecimiento mercantil y turístico; pero todo ello ha ido paralelo con el desarrollo cultural de la zona. El elevado índice de analfabetismo exigía y reclamaba nuevos centros de cultura, los cuales se han construido para atender a toda la población infantil y actualmente poseen la barriada y sus alrededores innumerables escuelas públicas y privadas, centros de rancio abolengo estudiantil como San Estanislao, la Asunción o la Presentación; Instituto de Enseñanza Media, Escuela de Formación Profesional y Escuela Universitaria de Graduados Sociales, todo ello fiel y seguro exponente del actual clima intelectual de la barriada.

Su cercanía a la capital hace que, de manera espectacular, el intercambio de personas viajeras sea constante, y el tráfico ha alcanzado en los últimos tiempos límites insospechados, lo que ha hecho que las autoridades competentes hayan decidido la construcción de una nueva carretera a

Málaga, desde la parte oriental, por el interior, es decir, por la parte montañosa que rodea a la barriada.

En cuanto a la parte espiritual, queda atendida con sus dos Parroquias, Ntra. Sra. de las Angustias y San Juan de la Cruz y diversas capillas de colegios, donde los paleños pueden orientarse hacia lo trascendente, hacia Dios. Porque esencialmente el hombre no puede vivir sin religión. Le es indispensable el amor y eso es lo que justamente le da Dios al hombre. "El hombre permanece para sí mismo un ser incomprensible, su vida está privada de sentido si no se le revela el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta y lo hace propio, si no participa en él vivamente" (1).

Y valgan estas últimas líneas, por su esfuerzo silencioso y su fidelidad, para el pescador paleño, el hombre que a lo largo de la tradición de la barriada fu e símbolo de paciencia, riesgo y aventura, constituyendo una soberbia estampa de compañerismo, de obediencia a sus costumbres, que no figuraban escritas en ninguna parte, y que lo mismo fabricaba una jábega o una sardinal, que se pasaba largas horas hundiendo sus pies desnudos en la arena tirando del copo o aparecía con sus cenachos repletos de pescado, lanzando al aire, por las calles del barrio, el pregón vibrante y enronquecido que anunciaba su fresca, reluciente y viva mercancía recién extraída de la mar de sus sudores.

No podemos hacer mención del pescador si no hacemos referencia a la Virgen del Carmen. El jabegote, filosófico y solitario, ha puesto siempre su actividad junto a la Virgen, ha colocado su estampa en lo mejor de su humilde vivienda, ha elegido su nombre para su familia, se ha colgado del cuello un pequeño escapulario de la Virgen buscando su protección, ha pronunciado su nombre en cuantos apuros se ha encontrado y la ha llevado en su embarcación implorando su consuelo y ayuda. Por eso, todos los años, cuando llega la festividad de la Virgen del Carmen -16 de julio- los jabegotes procesionan a su Virgen por las calles del barrio, porfiando por entronizarla con los mejores adornos, y cargarla sobre sus hombros hasta llevarla a la playa, al rebalaje de sus esfuerzos y faenas, y posarla cuidadosamente en la mejor de sus jábegas, engalanada con sumo gusto y esmero, para pasearla con entusiasmo y devoción no contenida por la mar mediterránea, mientras una abigarrada almáciga de gentes vitorea con verdadera emoción a la Madre de Dios, en un espectáculo vibrante e inenarrable, repleto de luz y de colorido, en un marco incomparable.

Tras estas reflexiones, que no tienen más finalidad que la de presentar al lector una síntesis del barrio paleño con sus perfiles y características más acusadas, queremos hacer constar aquí, que no hemos pretendido realizar un estudio exhaustivo de la barriada a lo largo de las páginas de este libro, sino significar los hechos, costumbres, leyendas e historias que han estructurado, con el devenir del tiempo, lo que actualmente es la barriada de Miraflores de El Palo. Si hemos conseguido nuestro propósito, sólo el lector lo discernirá; pero lo que sí podemos asegurar, es que el entusiasmo y la buena voluntad ha sido el lema que nos ha movido a escribir este modesto libro, que busca -com o acabamos de mencionar-, realizar una compilación de investigaciones, recuerdos y relatos ordenados y clasifica- dos, para dar a conocer lo que ha sido y lo que es esta barriada, en el hermoso complejo de la luminosa capital malacitana.

Y por último, queremos expresar nuestra gratitud honda y sincera a cuantas personas nos han ayudado con sus informaciones, a los que nos han permitido indagar e investigar en archivos y bibliotecas y a todos los que de un modo u otro nos han alentado para dar a la luz este primer libro sobre nuestra barriada, del que sólo Dios sabe el cúmulo de afanes que ha exigido la presentación del mismo. También sabe algo de ello el pequeño duende que, a hurtadillas de su legítimo descanso, ha ido rebuscando uno por uno, dentro y fuera del barrio, datos, fotografías, historias y anécdotas durante muchos meses de labor intensa y callada.

Los Autores.

(1) Juan Pablo II. Redemptor Hominis, n? 10.

Para la realización de esta publicación han colaborado:

JOAQUÍN RUANO (Autor de El Valle de las Viñas de Miraflores de El Palo).
JAVI LUKE (Administrador).

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Agradecimientos. El Valle de las Viñas de Miraflores de El Palo.

Desde estas líneas queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento, a cuantas personas y entidades nos han prestado su eficaz ayuda para hacer posible la publicación del libro que el lector tiene entre sus manos.

Cada tema y cada capítulo ha necesitado de la aportación informativa, siempre entusiasta y desinteresada, de colaboradores más o menos directos que nos han prestado su atención en nuestras investigaciones.

Consideramos indispensable dar nuestras más expresivas gracias al personal encargado de archivos, bibliotecas y otros centros, sin cuya inestimable ayuda no hubiésemos trasladado los conocimientos sobre la barriada que tú, lector, y nosotros, compartimos día a día.

Nuestro agradecimiento para:

- Archivo Diocesano de Málaga, Lisardo Güede Fernández.
- Archivo S. I. Catedral, Vidad González Sánchez.
- Archivo del Excmo. Ayuntamiento de Málaga, Rafael Bejarano Pérez.
- Archivo Diputación Provincial de Málaga.
- Museo-Librería de José Negrete.
- Archivo de la Asociación de Vecinos de Miraflores de El Palo, José Antonio Rodríguez Carmona.
- Archivo de la Parroquia Ntra. Sra. de las Angustias.
- Archivo de la Parroquia de San Juan de la Cruz.
- Archivo del Castillo de San Antón.
- Archivo del Colegio de San Estanislao.

Asimismo damos las gracias más sinceras a cuantas personas hemos entrevistado para recoger, siquiera en forma sencilla, parte de nuestra propia historia, en forma de datos, curiosidades y anécdotas que día a día han ido constituyendo el acontecer de nuestro barrio. Son relatos, que muchos de ellos estarán en el recuerdo de nuestros lectores, pero que en ocasiones han sido difíciles de obtener y han constituido nuestra mayor motivación para llegar a satisfacer nuestra curiosidad.

Gracias por su inestimable ayuda a:

Hijos de José Suárez Viílalba, Ramón Aranda González, José Alcaide Ruiz, Antonio Gutiérrez Ariza, Rafael Marín Gómez, Antonio Canea, familia del Niño de las Moras, Manuel Navarro, Francisco Ruiz Vertedor, Rafael González López, Rafael Rodríguez Andreu, y de un modo especialísimo a José Antonio Ruiz Muñoz y Antonio Rodríguez Carmona por sus continuados apoyos.

De una manera especial queremos manifestar nuestro sincero agradecimiento a la Asociación de Vecinos de la barriada, por su marcado interés y la entusiasta ayuda que nos han prestado para la feliz publicación de este libro.

Nuestro agradecimiento también para Antonio José de Haro Ramos, que día tras día fue pasando a máquina estos trabajos que hoy vemos publicados en este volumen. Su continuado interés ha sido extraordinario complemento a nuestros afanes y esfuerzos.

Y, como no, nuestro agradecimiento en grado superlativo, a Francisco Haro Laguna, por su importante labor desarrollada en este libro, sobre todo recogiendo nuestros apuntes e investigaciones, ordenándolos, dándoles forma y conformando un buen número de capítulos que hoy podemos ofrecer al lector. Su enorme esfuerzo y su capacidad de trabajo han sido elementos vitales para la finalización de esta obra.

De lo que sí estamos seguros, querido lector, es que, para nosotros, la dedicación de Francisco Haro a la siempre difícil tarea de confeccionar un libro, ha sido consecuencia del intenso cariño a la tierra que le vio nacer y a su deseo de colaborar en una obra que intenta de algún modo acercar a los paleños a la historia de su barrio.

También queremos expresar nuestro agradecimiento a la antigua Concejal Delegada del Distrito n? 2, de la Junta Municipal de El Palo, Amparo Bilbao Guerrero por el interés y el apoyo que en todo momento nos prestó.

De un modo muy obligado deseamos significar nuestro reconocimiento más efusivo a la Sra. Diputada de Cultura, Da Rosa Torres Ruiz, por su extraordinaria colaboración, ya que desde un principio puso todo su empeño en ayudar a la tarea de que estas páginas vieran la luz, y que la historia de este rincón malagueño fuera conocida por el mayor número de personas, gracias, como decimos, a la atención que en todo instante prestó a la edición de este libro.

Nuestras más sinceras y expresivas gracias al Patronato del Centro de ediciones de la Diputación de Málaga que en último término ha sido decisivo para la publicación de esta obra.

Y por último, pedimos perdón por las muchas historias, relatos, tradiciones y otras referencias que, sin lugar a dudas, se echarán de menos en esta publicación, pero, amable lector, dificultades que surgen, como la escasez de tiempo o de información y otras muy diversas circunstancias, han hecho imposible anotar las mil historias que se podrían referir de esta tierra tan linda como generosa.

Los Autores.

Para la realización de esta publicación han colaborado:

JOAQUÍN RUANO (Autor de El Valle de las Viñas de Miraflores de El Palo).
JAVI LUKE (Administrador).

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Prólogo. El Valle de las Viñas de Miraflores de El Palo.

Cuando los autores, Joaquín Ruano y José Antonio Barberá, me solicitaron que les prologara el presente volumen, debo confesarlo, no me asaltó en momento alguno la respuesta negativa, antes al contrario, experimenté una gran satisfacción, porque el hecho de intervenir, de algún modo, en una obra relativa a la tierra que me vio nacer, donde transcurrió toda mi existencia y por la que siento verdadero apasionamiento, lógicamente significaba para mí un grandísimo honor y por ello mi aceptación fu e inmediata.

Desde hace muchos años he estado atento al afán coleccionista de Joaquín Ruano. Mecánico de profesión, ha empleado gran parte de su tiempo libre en reunir carteles, grabados, estampas, revistas y, sobre todo, fotografías -su afición preferida- siempre que les sirvieran para ilustrar el recuerdo. Ese interés por la antigüedad paleña, su entusiasmo por la investigación y el filial afecto al barrio de sus amores, han constituido las razones más poderosas que le han incitado a la compilación de material que, de algún modo, pudiera servir para tener referencias históricas sobre la barriada.

Por eso, por estar tan enamorado de su tierra, quedó enormemente sorprendido, el día -hace ya varios años- en que asistió a una conferencia sobre los barrios de Málaga, que exponía un distinguido catedrático. Observó que no hacía mención a la barriada de El Palo, porque, según le manifestó, este barrio carecía de historia interesante.

Dolido en su amor propio, se propuso demostrar la inexactitud de esa afirmación y se lanzó con inusitado entusiasmo a la investigación del pasado paleño. Para ello solicitó y consiguió la ayuda de un compañero de trabajo, José Antonio Barberá, y, entre ambos, emprendieron la aventura de hallar raíces de hechos y acontecimientos ya transcurridos, consultando libros, husmeando en bibliotecas, archivos y museos, recogiendo cuantos datos les fueron facilitados por personas de la localidad y, además, acumulando una gran producción gráfica que les sirvió para ilustrar el presente volumen.

Durante años, de modo infatigable, continuaron en su hermosa tarea y hoy pueden presentar al lector una obra que, si bien no es la historia exhaustiva y definitiva de la barriada, representa, en cierto modo, el primer peldaño para que, en el futuro, personas más eruditas y capacitadas se decidan a ampliar, en lo posible, la historia de este entrañable rincón malacitano.

Indudablemente no se han tratado en este volumen todos los temas históricos paleños, y los que han sido objeto de estudio posiblemente hayan quedado incompletos -as í me lo afirman los autores- pero ellos no han pretendido más que referir acontecimientos interesantes y curiosos del pasado de este barrio, divulgar a grandes rasgos su historia y relatar, con un estilo sencillo, lo más interesante de su antigüedad, rescatando de algún modo lo que estaba condenado al olvido.

Desde luego que todo ello implica un extraordinario esfuerzo, una gran dosis de paciencia y un encendido amor a esta bendita tierra, pero si toda esta dedicación ha servido para ilustrar, de alguna manera, a los amantes del pasado paleño, creo que ambos autores se pueden dar por satisfechos.

Gracias al entusiasta trabajo de Joaquín Ruano y José Antonio Barberá, muchos paleños y también muchos foráneos que sintieron esa atracción que siempre ha despertado nuestro barrio para todo el que lo conociera o tuviese la suerte de vivir en él, van a tener ocasión, con la presente obra, de refrescar o conocer una enorme cantidad de pinceladas históricas, van a rememorar acontecimientos pretéritos o bien van a quedar agradablemente sorprendidos con desconocidas noticias significativas que tal vez les hayan pasado desapercibidas.

Relatar el repartimiento de las tierras pertenecientes al Valle de las Viñas de Miraflores de El Palo, tras la conquista de Málaga por los Reyes Católicos, realizar un detallado estudio de la ignorada historia -para multitud de paleñ@s- de la ermita de San Antón o referirse ampliamente a los hechos e instituciones que han estructurado la esencia de nuestro barrio, considero que son motivos suficientes para agradecer a los autores su tesón y entusiasmo por poner en nuestras manos un arsenal de informaciones interesantes para cuantos nos sentimos vinculados, de uno u otro modo, a Miraflores de El Palo.

Ciertamente que los 17 capítulos de que se compone la presente obra están ordenados según una cierta prelación, pero también estimo que, aunque cada uno de ellos, en sí mismo, ofrece una coherencia interna, en conjunto se hallan carentes de esa ilación que caracteriza al relato histórico propiamente dicho. Y es que los autores, con extraordinaria naturalidad, han deseado exponer, aunque de forma fragmentaria, las realidades pasa- das, y en algunos casos presentes, de todo el acontecer paleño, del alma de la barriada, sus costumbres, sus tradiciones esenciales y la característica idiosincrasia de sus habitantes, todo ello constitutivo de la íntima historia de la barriada.

El pintor francés Marcel Duchamp, afirmó: "Contra toda opinión, no son los pintores sino los espectadores quienes hacen los cuadros". Y acomodando esta cita a la presente obra, es natural que sea el lector quien tenga la última palabra y tal vez recuerde acontecimientos o detalles dignos de figurar en este volumen, pero estimo lógica la imposibilidad de narrar pormenorizadamente cuanto se refiere al pasado del barrio. Creo que cabe felicitar a Ruano y Barberá por el alma puesta al servicio de una noble tarea, por su auténtica valentía, por su búsqueda sin desaliento y, sobre todo, por ser los primeros en escribir un acercamiento a la historia de nuestra barriada.

Que vengan algunos y lo amplíen, que otros, con mejor pluma, lo mejoren, pero el primer paso ya está dado y no dudamos que el volumen, en sí, siempre será una rica fuente documental para posteriores escritos sobre Miraflores de El Palo. Pienso que lo que no se puede ignorar, es que los autores supieron superar con decisión, cuantas dificultades surgieron a lo largo de su empresa -d e hecho ya difícil - eliminando innúmeras cortapisas y obstáculos a sus investigaciones, hasta conseguir comunicar al lector el resultado de un trabajo continuado, basado en el esfuerzo de una elogiosa tarea puesta al servicio de nuestro barrio y en definitiva ofrecer una obra que habla mucho de ilusiones, búsquedas, legajos, solidarias ayudas, generosas informaciones y, sin duda alguna, de las más atractivas esencias y raíces históricas de nuestro pasado paleño. Supieron allanar dificultades porque tal vez pensaron como el alemán Hermán Oberth: "No hay nada imposible en el mundo, sólo hay que descubrir los medios para conseguir- lo".

FRANCISCO HARO LAGUNA.

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